Luis potosí, slp que es donde vivimos; los árboles de ficus se llenaron de plagas, no se salvo ninguno en la colonia, se fueron desojando por la parte central.
Estrofas desojándose como en otoño, romántico tono, percusión suave y sintetizador más lírico para seguir por el puente y el estribillo, suaves y poco llamativos, aunque nada feos.
Los libros apenas tenían un año o dos de publicados pero, más allá de la calidad de la impresión estaban desojados, con las cubiertas descoloridas, doblados, eran un pequeño desastre.
Los árboles desojando colores del otoño en las estrechas avenidas de los barrios de clase media, son una imagen sempiterna, que hoy me llena de remembranzas.