El morro y los ollares se tornan resecos, agrietados o irritados, progresan hasta la necrosis con desprendimientos de las capas cutáneas superficiales.
En la piel del lomo y la ubre se evidenciaron zonas alopécicas, eritematosas, ulceradas con formación de costras; los ollares presentaban úlceras y costras.
En equinos consiste en la expulsión de contenido estomacal (a veces proveniente del intestino) mayormente por los ollares, a consecuencia de dilatación aguda del estómago.