En adición, los religio-politarcas creen lo mismísimo para sus propias almas, pues la mayoría de ellos viven del mismo mantengo... en adición al sustento ovejuno.
Excepciones honrosas han tratado de remendar el maltrecho honor con votos particulares, pero el gesto de la exigua minoría apenas ha trascendido, ahogado por actitudes de mayorías sumisas y ovejunas.
No es difícil ver el porqué de este obstinado monopolio: el temor a que otros, esos tradicionalmente callados y ovejunos, ventilen sus múltiples frustraciones.
La satisfecha y ovejuna faz del enemigo y el terrorífico poder del ejército que desfilaba a sus espaldas, pera demasiado para que nadie pudiera resistirlo indiferente.
En un sistema social de esta ralea no podemos culpar a nuestros jóvenes de la indiferencia ovejuna con que los adultos enfrentamos los problemas axiales de la nación.