Ketut empezó como pintor y tallista en madera, pero luego su abuelo le enseñó el oficio y arte del chamán, y le legó pergaminos sagrados con siglos de antigüedad.
Si seguimos su criterio, los verdaderos escultores serían aquellos que solo quitan, los tallistas, el resto no son más que la sombra del verdadero creador.