Ser engullida por el pollo bípedo implume, que tiene en su poder tecnología superior para poder teleportarse a la mente de un ser humano inocente que solo desea evolucionar.
Platón definía al hombre, en forma jocosa, como un bípedo implume, los estoicos y luego los escolásticos, pensaban que el hombre es un animal razonable.
Debian dar ejemplo al pueblo: bipedo implume, y con una fuerza descomunal, que si notaba que los estaban manejando se rebelaria contra el poder del estado.