La deficiente masticación (e insalivación), el reducido aporte enzimático (ausencia de crudos y fermentos naturales), el desorden de la flora intestinal y la permeabilidad de la mucosa, generan el resto.
Es de fundamental importancia la lenta masticación y buena insalivación de los alimentos, al generarse allí sustancias (como la lisozima) con cierto efecto antibiótico contra microorganismos perjudiciales.