Proporciona a las plantas una mayor resistencia a las heladas, a la sequía y a la enfermedades, especialmente al mildiu, y hace que su conservación sea más fácil.
Francia también estudia la creación de líneas de viñedo resistentes a plagas, puesto que en el pasado, plagas como el mildiu o la filoxera han supuesto verdaderas catástrofes económicas.